La Enseñasa Pública Defenestrando la educación brasileña

Por Wolmer Ricardo Tavares[1]

Es conocido por muchos que la educación brasileña tiene problemas que duran años y años, y cuando creen que una posible solución de convergencia a una educación de calidad, esta calidad que se esfuerza para la ciudadanía crítica y el liderazgo de nuestros estudiantes, nos damos cuenta de un acto de defenestrar, quiere decir tirar por la ventana todo el trabajo y las esperanzas de un devenir en la vida de un ciudadano.

Tiramos también por la ventana los sueños de una educación que va más allá de los límites de lo tolerable y mediocre. tiramos también la dignidad de los docentes, promoviendo así una falacia de educación guia para un conocimiento corrosivo y aplicable al ambiente del estudiante, tiramos por la ventana todas las perspectivas de cambios sueños de esos estudiantes, dándoles la ilusión de una aprobación por el conocimiento de causa y aprendizaje.

Sobre la base de este sesgo, también vemos un esfuerzo apoyado por la demagogia de los educadores seudo y también por la fabricación de números falsos eclipsando la educación transformadora a fin de lograr un premio muchas veces no meritório según la predición para esta minoría, teniendo nosotros una ilusión de una casi excelencia en la educación pública.

La intención aquí no es pedir disculpas a estos premios, pero destacar que algunos de ellos incluso se mereció el esfuerzo, dedicación y compromiso por parte de algunos educadores para la educación crítica y protagonista. Sin embargo, la mayoría se dejó influir por el sistema defectuoso y corruptible, y también por el desgaste del trabajo casi estéril, en que los educadores seudos y políticos corruptores del conocimiento, verdaderos monstruos que cocechan el orgullo de los educadores, los somete a un vil empleado totalmente desechable de esta minoría que ha estado en el poder por el fruto de esta educación y favores políticos.

Tenemos, obviamente, muy pocas excepciones que no dejan se pasar como títeres de un sistema abrumador y absolutista y crean verdaderos necios para el futuro de nuestra nación llena de alienados.

Algunos educadores hacen todo lo que es posible para cambiar la dura realidad a chocar em la inercia e incluso el letargo de sus alumnos, como conocedor de una política de permisividad, y por conseguiente estos estudiantes ofrecen sólo un esfuerzo aceptable para pasar la serie siguiente.

Sabemos que el sistema no cambia de la noche al día, a pesar de pocos desearen este cambio, muchos disfrutan de sus fallas. Nosotros educadores somos como sembradores a sembrar, y para que nuestras semillas caen en la tierra fértil, debemos fomentar las ideas, sueños y deseos y señalando los defectos, con sus causas y consecuencias y posibles soluciones. Tenemos la necesidad de ver que para las cosas sucederen ellas necesitan existir  primero en nuestros pensamientos para que podamos materializar en nuestro mundo.

Tenemos que pensar en la educación protagonista y con devenir, llevando este pensamiento a los educadores y la comunidad escolar, más allá de los límites de la escuela para todos los que esperan angustiados por una mejora más eficaz en la educación pública brasileña, de manera que la semilla pueda germinar y cambiar el sujeto tonto en un ciudadano crítico, consciente y protagonista.

Algunas semillas se convertirán en árboles frondosos, y cuando estos se convierten en árboles con raíces profundas, no es el viento de la corrupción y la indiferencia que hará temblar sus estructuras, y por lo tanto, estos árboles darán Buenos  frutos rellenados de conocimiento, de dignidad, de amor, de respeto y de ética, ya que la levadura se cree que nuestro ser, ya establece las actitudes, los hábitos y las reglas generam palabras y frases que puedan influir en los demás.

 

[1] Wolmer Ricardo Tavares, Mestre em Educação e Sociedade, especialista em Análise de Negócios e Informaçãoe também em Análise de Sistemas. Escritor, palestrante e atua como docente universitário. Para mais informações, vide www.wolmer.pro.br